El Papa admitió que la Iglesia no fue "vigilante con los abusos"Benedicto XVI brindó una misa en Glasgow en su primera visita de Estado a ese país. Antes, dijo que las revelaciones de pederastia "fueron un shock". El pontífice se reunió con la Reina Isabel II
El papa Benedicto XVI inició una visita de cuatro días al Reino Unido, su decimoséptimo viaje al exterior desde el inicio de su pontificado en abril de 2005. Benedicto XVI Papa fue recibido en el aeropuerto de Edimburgo, la capital de Escocia, por el príncipe Felipe, esposo de la Reina Isabel II de Inglaterra. El jefe de la Iglesia Católica se trasladó tras su llegada a Holyrood Houde, la residencia escocesa de la reina. Isabel II es también la jefa de la Iglesia de Inglaterra, que se separó en el siglo XVI de Roma por un conflicto entre el rey Enrique VIII y el Vaticano. A continuación, el Papa oficiará una misa en Glasgow. Luego, el Sumo Pontifíce condenó en Glasgow la "dictadura" del relativismo "que amenaza con oscurecer la verdad del hombre", denunció que se quiere relegar la religión de la esfera pública y dijo que el hombre tiene derecho a vivir en una sociedad que no sea una "selva de libertades autodestructivas y arbitrarias".Benedicto XVI hizo estas manifestaciones ante unas 70.000 personas que asistieron en el Bellahouston Park, de Glasgow, a la misa que ofició en esa ciudad tras retirarse de Edimburgo. El Pontífice, cuya visita ha sido criticada por numerosos grupos laicos británicos, que le acusan de ocultar los casos de pederastia y de ser un ultraconservador, dijo que venía a Gran Bretaña "como heraldo de paz" y a confirmar en la fe a los poco más de cinco millones de católicos que viven en esta isla de mayoría anglicana.A la misa asistieron representantes de las Iglesia de Escocia y de la Iglesia Episcopal Escocesa, ante los que resaltó el entendimiento y la cooperación ecuménica para dar un testimonio común del evangelio en esta época de grandes cambios en la sociedad.Los detractores del Papa en el Reino Unido han criticado especialmente los elevados gastos de la visita, de más de diez millones de libras esterlinas (12 millones de euros ó 15,6 millones de dólares), que corren por cuenta de los contribuyentes británicos, así como la actitud del Vaticano ante el escándalo de los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia Católica.
Fuente: AFP
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