Alergia alimentaria y asmaSi bien no es muy frecuente que estos dos males coincidan, sí lo hacen en parte de la población, con el agravante que sus consecuencias pueden ser fatales o casi fatales si no se los trata de la manera correcta y precoz
La alergia a los alimentos se define como una respuesta inmunológica adversa a sus proteínas. Las reacciones pueden ser mediadas por la inmunoglobulina E (IgE) o no mediadas. Las primeras suelen incluir la piel, las vías respiratorias y el tracto gastrointestinal y se manifiestan con síntomas como urticaria, angioedema, vómitos, diarrea, asma o estridor. Las sibilancias son una manifestación común de la alergia alimentaria, en asociación con otros síntomas sistémicos, pero rara vez es el único.
Especialistas aseguran que las modificaciones de la dieta no suelen mejorar el control del asma, y es más probable que los niños asmáticos con alergia alimentaria tengan reacciones alérgicas fatales a los alimentos. Por lo tanto, se debe ejercer un control del asma muy estrecho en esta población de pacientes.
Asma y alergia a los alimentos: percepción del público
La percepción pública del papel de la alergia alimentaria en el control del asma es diferente de lo que se demostró en los estudios de las facultades de medicina. Una investigación informó que el 64% de los padres con niños asmáticos en Nueva Zelanda hicieron cambios en la dieta creyendo que esto ayudaría a controlar el asma de su hijo. En otro estudio basado en cuestionarios a pacientes de una clínica de asma, el 61% informó que había hecho cambios en la dieta para mejorar su control de la enfermedad: el 79% de los pacientes consideró que eso los había ayudado.
Teniendo en cuenta el asma y la alergia a los alimentos juntas, aproximadamente un tercio de los niños con alergia a los alimentos tiene asma y un 4-8% de los niños con asma tienen alergia a los alimentos.
El desarrollo del asma fue relacionado con la sensibilización a ciertos alimentos.
Reacciones a alimentos en el tracto respiratorio inferior
Ciertos alimentos causan la mayoría de las reacciones. En los niños pequeños de los EEUU los alimentos causales más comunes son la leche de vaca (2,5%), los huevos (1,3%), el maní (0,8%), el trigo (aproximadamente 0,4%), la soja (aproximadamente 0,4%), las frutas secas (0,2%), el pescado (0,1%) y los mariscos (0,1%).
Se cree que en la mayoría de los niños pequeños la alergia a la soja y el trigo se resuelven en la edad escolar, aunque esto no fue confirmado por estudios rigurosos.
Investigaciones recientes demostraron que la alergia a la leche de vaca se resolvió en un 19% de los niños a la edad de 4 años, en un 42% a los 8, el 64% a los 12 y el 79% a los 16 años de edad.
Como alergia a un solo alimento se halló alergia al huevo en un 4% de los niños de 4 años de edad, un 12% en los niños de 6 años, un 37% a los 10 años y el 68% a los 16. Es probable que la alergia al maní, la nuez y los mariscos sea más persistente. En los adultos de los EEUU la mayoría de los alergenos comunes son los moluscos (2%), el maní (0,6%), las frutas secas (0,5%) y el pescado (0,4%).
Además, la Unión Europea exige que en las etiquetas de los alimentos se declare la presencia de sésamo, mostaza, apio, sulfitos y lupinos. Las reacciones alérgicas a las frutas y las verduras son más frecuentes en el Viejo Continente. Las que lideran la lista de las denuncias de alergenos son las hortalizas y las frutas de la familia Rosaceae (manzana, pera, membrillo, durazno, ciruela, cereza y otras de consumo masivo).
La manifestación pulmonar más común de la alergia mediada por inmunoglobulina E es la sibilancia, la que puede aparecer luego de la ingestión del alergeno alimentario o de la exposición a partículas aerosolizadas del alergeno. Las sibilancias se pueden desarrollar cuando el pescado, los huevos o los mariscos son cocinados en un espacio restringido. Es rara la presentación de sibilancias como único síntoma.
Efectos de la dieta sobre el control del asma
Se ha investigado el efecto del sodio, el potasio, el magnesio, los antioxidantes (vitamna C y E) y los ácidos grasos sobre el asma. A pesar de que varios informes hablan de mejoría de la reactividad bronquial, no hay evidencia concluyente sobre la mejoría del asma debido al control dietario. Por lo tanto, aparte de evitar el alergeno en pacientes con alergia alimentaria mediada por IgE documentada, en la actualidad no se recomienda evitar cualquier alimento para el tratamiento del asma
Asma ocupacional
En los adultos se ha demostrado que las partículas aerosolisadas del alimento pueden llevar al desarrollo del asma. El asma del panadero es un ejemplo de la exposición al grano de cereal aerosolisado que lleva al desarrollo de los síntomas asmáticos: tos y sibilancias. Después de la exposición a las proteínas del trigo, las pruebas del pinchazo de la piel para la detección de la IgE del trigo o del suero para las proteínas del trigo son positivas. El riesgo de un panadero de desarrollar el “asma del panadero” se estima en 0.3% por año. Otros alimentos implicados en el asma ocupacional son el huevo, las enzimas utilizadas en la industria de queso, los crustáceos, la leche y la harina de algarrobo.
Patológicamente, el asma ocupacional se asemeja al asma alérgica, y puede observarse edema, hipertrofia del músculo liso de la vía aérea e infiltración eosinófila.
¿Hay relación entre el asma y los alimentos?
Hasta el momento no se halló una relación entre la fisiopatología de la alergia alimentaria y el asma, pero se sugirió que esta asociación pudo ocurrir debido a cuatro factores:1) Las células inmunológicas como los linfocitos T de la mucosa intestinal se activan en los pacientes con alergia alimentaria. Estos linfocitos después estimulan la mucosa bronquial lo que lleva a la hiperreactividad bronquial.2) La alergia alimentaria puede ser sólo la respuesta de un paciente cuya respuesta inmune se desvíe hacia una reacción alérgica proinflamatoria.3) La exposición oral al alergeno del alimento o la inhalación de las partículas del alimento repetida crónicamente puede dar lugar a la activación celular crónica, con la liberación de citocinas inflamatorias que empeoren el asma.4) Finalmente, se sugiere que las reacciones a la ingestión del alimento pudieron haber sido diagnosticadas como exacerbaciones del asma. El broncoespasmo inducido por alimento a menudo se manifiesta como un cuadro de anafilaxia, ya que hay un retardo entre la exposición al alergeno y el desarrollo de los síntomas respiratorios.
Se destaca que los pacientes con alergia alimentaria y asma tienen mayor riesgo de tener un resultado fatal o casi fatal que los asmáticos si no se hace un tratamiento intensivo del asma por alergia alimentaria y se educa al paciente con respecto al uso de un dispositivo con epinefrina inyectable .
Manejo de la alergia alimentaria y el asma
El manejo agresivo del asma en un paciente con alergia alimentaria es primordial dado que estos tienen mayor riesgo de tener un cuadro anafiláctico fatal o casi fatal. El diagnóstico de la alergia alimentaria comienza con una historia detallada, tomando nota particularmente de la sincronización del inicio de los síntomas en relación con la ingestión del alimento. Las reacciones mediadas por IgE ocurren desde unos pocos segundos a minutos de la ingestión y raramente más allá de las 2 horas.
Las pruebas diagnósticas cutáneas o in vitro, que permiten determinar los niveles de IgE específica para el alimento, deben adaptarse de acuerdo a la historia del paciente. Cuando la historia y la prueba específica no confirman ni refutan una alergia alimentaria convincentemente entonces se realiza un desafío oral con el alimento.
Los desafíos se estructuran siguiendo un protocolo: el paciente ingiere un alimento sospechado bajo la supervisión del clínico. Todos los desafíos de alimento deben hacerse teniendo preparada la medicación, el equipo y el personal para tratar un posible cuadro anafiláctico, y deben ser realizados solamente por alergistas familiarizados con las reacciones alimentarias. Ante exacerbaciones inexplicadas del asma se puede investigar un alimento del que se sospecha es disparador del cuadro, teniendo un detalle cuidadoso de la dieta del paciente en lo referente a las exacerbaciones.
La identificación del alergeno y su eliminación junto con la ayuda de un dietista es a menudo muy provechosa para prevenir la exposición inadvertida al alergeno. El reflujo gastroesofágico, la disfunción de las cuerdas vocales y la anafilaxia inducida por ejercicio deben ser incluidos en el diagnóstico diferencial, dado que la probabilidad de un incidente fatal o casi fatal es más elevada en los pacientes con asma alérgica y alimentaria.
Muchos alergistas prescriben un dispositivo con epinefrina/adrenalina inyectable a cualquier paciente con asma y alergia alimentaria. La evitación del alimento causal es la base del tratamiento. Los pacientes deben recibir educación alimentaria así como asesoramiento sobre el tratamiento apropiado de la anafilaxia en caso de una exposición accidental.
Conclusiones
A menudo, la alergia alimentaria y el asma pueden coexistir, aunque esta asociación es extremadamente infrecuente. Hay que prestar particular atención a los pacientes con alergia alimentaria y asma ya que se comprobó que pueden tener una incidencia más elevada de anafilaxia fatal o casi fatal. El manejo dietario y una nutrición adecuada son importantes para evitar el alergeno causal. Los médicos deben favorecer la educación de los pacientes sobre los síntomas asociados a una reacción alérgica, el uso de dispositivos para la autoinyección de epinefrina y la instrucción de los pacientes para el uso apropiado de tal dispositivo.
FUENTE: Intramed (http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=61347)
No hay comentarios:
Publicar un comentario