de Gizmodo ES
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Sencillamente genial, eso es lo primero que se me ocurre al ver esta idea de crear un bolígrafo que sea comestible. ¿Quién no se ha dedicado a mordisquear los bolis como si de un Rottweiler con un muñeco de humano despistado se tratara? Ante esta situación de decadencia bolidentil y en ayuda de los millones de estudiantes del mundo que no comen nada durante los exámenes la bolosina quiere ayudarte.
Vale, puede que el caramelo no sea lo más nutritivo que exista en este mundo, pero es justo lo que necesitas para alimentar tu cerebro y además evitará que tu cuarto parezca una escena de Terminator con bolis Bic mordisqueados acumulados por el suelo en lugar de calaveras humanas.
El boli cuenta con 22 caramelos y no se pega ni se deshace en tus manos. Es más, hasta la tinta es comestible, quedando únicamente su punta como testigo de su existencia tras su paso por tu voraz apetito.
Su creador, Dave Hakkens, se planteó crear estos bolis tras darse cuenta de que el 90% de los bolis se tiran cuando se quedan sin tinta o no funcionan. Para su creación ha utilizado caramelo fundido, moldes y diferentes golosinas para darle sabor.
Lamentablemente sólo es un diseño que no está a la venta pero esperemos que alguien lo comercialice y así al menos, los desperdicios boligrafiles generados por la selectividad, las oposiciones, los tests de Cosmopolitan y los terribles Sudokus del periódico bajarán considerablemente
Vale, puede que el caramelo no sea lo más nutritivo que exista en este mundo, pero es justo lo que necesitas para alimentar tu cerebro y además evitará que tu cuarto parezca una escena de Terminator con bolis Bic mordisqueados acumulados por el suelo en lugar de calaveras humanas.
El boli cuenta con 22 caramelos y no se pega ni se deshace en tus manos. Es más, hasta la tinta es comestible, quedando únicamente su punta como testigo de su existencia tras su paso por tu voraz apetito.
Su creador, Dave Hakkens, se planteó crear estos bolis tras darse cuenta de que el 90% de los bolis se tiran cuando se quedan sin tinta o no funcionan. Para su creación ha utilizado caramelo fundido, moldes y diferentes golosinas para darle sabor.
Lamentablemente sólo es un diseño que no está a la venta pero esperemos que alguien lo comercialice y así al menos, los desperdicios boligrafiles generados por la selectividad, las oposiciones, los tests de Cosmopolitan y los terribles Sudokus del periódico bajarán considerablemente
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